El silicio y su importancia en la ascensión humana.

Nuestro viaje de conocimiento continúa en este espacio en el que nos honra contar con tu presencia. Hoy hablaremos de química, pero lo haremos de una manera muy peculiar, como probablemente no hayas leído antes. Hablemos del silicio y de su importantísimo papel en la ascensión humana hacia lo divino.

Agradecemos la bendición de tu atención, comencemos…

Todos los seres vivientes están compuestos en gran parte por agua. Y ella a su vez contiene moléculas como proteínas y ácidos nucleicos que podemos encontrar en todas las formas de vida conocidas. Estas moléculas tienen una estructura básica compuesta en cadenas y anillos de átomos de carbono. A casi todos los átomos de carbono van unidos uno o más átomos de hidrógeno. A una minoría, en cambio, van ligadas combinaciones de átomos como los de oxígeno nitrógeno, azufre y fósforo.

Pero ¿puede la vida estar compuesta de otra cosa? ¿Existen otros tipos de moléculas que proporcionen la complejidad y versatilidad de la vida?

El silicio comparte muchas similitudes con el carbono y también puede unirse a un máximo de cuatro átomos diferentes en cuatro direcciones distintas. Con este elemento se vuelven posibles largas y complicadas cadenas de átomos en las que alternan silicio y oxígeno. Cada átomo de silicio puede unirse a otros dos átomos o grupos de átomos, y este tipo de moléculas se denominan “siliconas”.

Detengámonos un momento para definir lo que es una ascensión, la cual es un ciclo cósmico que sucede siempre en cada parte determinada del universo. Nada escapa a la ascensión, sea lo que sea. Es un movimiento cíclico en espiral ascendente basado en octavas armónicas y en secuencias lumínicas de luz y amor.

La ascensión es un camino de cambio ascendente, que paso a paso nos acerca más hacia el Gran Espíritu; el “Regreso a Casa”.

Como puedes notar, cada vez son más cortos los tiempos en que el ser humano evoluciona de un estado a otro, y siempre en planos físicos, emocionales, mentales y espirituales más elevados y con una mejor comprensión y CONCIENCIA del universo al que pertenecemos y somos.

El siguiente paso no será de un estado evolutivo a otro, sino de una dimensión a otra. Será verdaderamente lo que denominamos como un salto cuántico, ya que en los anteriores cambios evolutivos del ser humano siempre permaneció con su ADN en base al carbono, y en esta Tercera Dimensión.

En esta ocasión el cambio será radical y veremos nuestro ADN pasar al elemento silicio, la base del cristal de cuarzo.

Un salto cuántico sucede cuando el átomo sufre una modificación debido a fuerzas externas que lo obligan a mutar internamente y que, por ende, lo modifican estructuralmente.

Las partículas de luz, también llamadas fotones, serán las causantes de ese cambio en el átomo de la materia de tercera dimensión, trasladándola hacia una dimensión más sutil pero de frecuencias mayores, donde encontrará una nueva resonancia. Por ello durante este cambio la morfología del ser humano mutará hacia el elemento silicio.

Muchos de nosotros lo sabemos en nuestros corazones: nos estamos acercando a un momento inexorable de nuestra historia como Seres Humanos. Para los que vivimos esta realidad como una experiencia energética de expansión y conexión, los tiempos se han ido acelerando. Crecimientos abruptos, ruptura de vínculos, desaparición de dolencias, percepciones acrecentadas, sincronicidades sin límite… Las señales son claras y debemos estar preparados para esta ascensión.

¿Cómo podemos prepararnos si hay tanto que desconocemos? En esta etapa de nuestra existencia contamos con herramientas que nos ayudarán a facilitar esta transición, a continuación las mencionamos brevemente.

  • Medita diariamente. Entre más simple sea tu meditación más fácil será incorporar este hábito en tu vida. La meditación diaria es el combustible de nuestro cuerpo y nuestra alma para recorrer este tiempo.
  • Intenciones claras. Nuestras vidas requieren de propósito. Si lo tienes claro, sigue adelante. Sino, detente y defínelo para saber a dónde vas en esta vida.
  • Registra tus sueños. Nuestros sueños nos están guiando en la dirección de nuestra evolución como siempre lo han hecho. Trata de recordar aunque no lo entiendas. Y compártelo con quien pueda estar interesado.
  • Practica el desapego. Algunos de nosotros hemos pasado por experiencias que han cambiado nuestra vida. Es importante reconocer estas situaciones, pero lo es más aprender a dejar todo eso atrás y transformarlo. Despídete genuinamente de aquello que ya cumplió su ciclo y descubrirás que a cambio recibirás una energía extraordinaria.
  • Reúnete con aquellos que comparten tu filosofía de vida. Genera tus propias redes y grupos que puedan permitirte activar tu consciencia y sintonizarte con los demás.
  • Pasa tiempo en la naturaleza. Es importante que tengas exposición al sol aunque sea unos minutos al día. Ve las nubes, siente el viento… Conéctate con el mundo natural de todos los modos posibles.
  • Exprésate creativamente. El arte es una cualidad inherente de nuestra especie, así que permite que tu alma hable.
  • Descansa. Y no solo nos referimos a dormir más y mejor, sino también a dedicar tiempo para ti mismo, para relajarte y estar en silencio, para reparar cuerpo y alma.

Grandes cambios están por venir y desde ya podemos preparar nuestra existencia para dar un paso más hacia la divinidad que por derecho nos pertenece. Nos complace el favor de tu acompañamiento por este viaje. Gracias, gracias, gracias.

¡Eres tú lo más Divino!

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