El Cobre es uno de los “siete metales alquímicos” (oro, plata, hierro, mercurio, cobre, plomo y estaño), aparecen representados en el interior de la tierra, en la que se engrendran, pero en el cielo están asociados al Sol, Luna, Marte, Mercurio, Venus, Saturno y Júpiter, respectivamente.
Es uno de los mejores conductores, el segundo después de la plata. Esta capacidad de conducir energía y electricidad es una de las “claves” que ayudan a entender la importancia del cobre en el estudio alquímico, que está basado en la reducción de las diferencias.
Esta reducción de diferencias, en el mundo espiritual, ayuda a equilibrar nuestros cuerpos físicos y astrales, así como nuestros campos electromagnéticos.
En el Toroide Creador encontramos reunidos todos los principios de la Geometría Sagrada; el Gran Vacío, la Ley de Unidad, la Ley de Dualidad, el Principio de auto-sustentación, los números pilares matemáticos de la Geometría Sagrada.
Es la forma que tiene toda unidad constituida de la realidad, contiene dentro de sí mismo una gama infinita de posibilidades de combinación y por tanto de significación y es la llave maestra de acceso a la ciencia de la implosión y la explosión.
Nos muestra el principio del Uno, el principio de la interconectividad de todas las formas, de todas las estructuras. En el toroide convergen simultáneamente los pares de opuestos aparentemente irreconciliables: yin y yang, blanco y negro, bien y mal.
Es el principio y el fin que hace que la conciencia sea Eterna en todos nosotros.